Prohibido el paso a gente vulgar

lunes, 5 de noviembre de 2007

Arcadas, repito, arcadas me da la gente que se compra bolsos de firma falsos. Sí, así de rotunda y tajante soy.

Lo detesto por varios motivos pero uno de ellos y para mí, el más importante, es porque me parece un insulto hacia aquellas fashion victims como yo, que si podemos permitirnos el caprichito cada vez que nuestra firma favorita nos alegra la vida con un shopping bag conmovedor.

Este fin de semana he estado en París. Ya sé que no os sorprenderá mucho (voy habitualmente a Paris, tengo un loft allí) pero en esta ocasión ha sido para acudir a un acto social fascinante. La presentación del nuevo Road Bag de LOEWE. Para aquéllos incultillos del mundo de la moda, un Road Bag no es un bolso cualquiera, es un paso adelante en la evolución del concepto diseño en cuanto a bolsos se refiere. Es el estilo materializado en piel. Para aquéllos que sigan sin entenderme, traduciré literalmente, "road bag": Bolso de carretera o lo que suena mejor, bolso de viaje.

Fue una fiesta esquisita, organizada hasta el mínimo detalle por los promotores de la firma. Estuve rodeada de glamour, joyas, perfumes, elegancia, estilo, saber estar... He de decir y perdonen la modestia, que aquí la servidora iba espectacular con una creación de mi querido y viejo amigo Yves Saint Lauren que fue admiración para todos los que estaban allí.

Pero no quiero desviarme del tema ni ser egocéntrica. Experimenté verdadero placer pudiendo contemplar y sentir entre mis manos la nueva creación que la firma quiso regalarme; flexible, de piel natural, cero rigidez... no como los bolsos de los mercadillos que se compran ahora las paquitoñis ordinarias que son más duros que el poyete de una piscina; el Road Bag de Loewe es de color cálido, propio de la nueva temporada, creado en exclusiva para clientas como nosotras, las que tenemos estilo, las que sabemos combinar lo que se puede y lo que no se debe. Lo que no puede ser es que una "bbbbbonita de barrio", me vaya con las campanas y los zapaturrios con brillantina de los chinos y me lleve un bolso de LUIS VUITTON, no ¿eh?, eso que no lo vea yo más, eso es HORROR.

En ese mismo instante de placer, sentí en mí un estrepitoso "retortijón" de estómago que me hizo volver a recordar a las paquitoñis vulgares que se compran bolsos falsos dejando ver allá donde van que quieren pero no pueden. Por favor chicas, que feo queda que muestres a la sociedad, con bolso falso en mano, orgullosa de ello, que tienes un HERMÊS o un FENDI falso, ¿qué os creéis que la gente no se da cuenta de que las letras están torcidas o al revés? ¿Por qué quedar mal delante de la gente pudiendo llevar bolsos echos para vosotras, las vulgares, sin necesidad de ofender al buen gusto?

Tiene que ser un horror (y digo tiene porque mi poder adquisitivo si me permite comprarme estos caprichitos que tanto me merezco) ver un CH o un PRADA de nueva temporada, ver que irían monísimos con los zapatos que compraste en la "Boutique Calé" el domingo pasado para la boda de tu prima Jenny en Almendrelajo pero vaya... ¡qué mala suerte chica!, su precio asciende a los 2.000 o 3.000 euros, es decir, el triple o el cuádruple del dinero que llevas encima, no poder comprarlo tiene que dejarte out out ¿eh?

Mirad, os daré un consejo, no compréis bolsos falsos porque quedáis bajunas totales. Demostrar a la galería que te chifla un CALVIN KLEIN y que lo único que puedas permitirte es un "Calvin Kline" de los chinos es HONRAR A LA ORDINARIEZ y al MAL GUSTO, aparte de que todo el mundo se da cuenta de que QUIERES, pero chica, mala suerte, se siente, NO PUEDES.

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